Los primeros minutos en la consulta de un terapeuta sexual el paciente hombre los pasa mirando al suelo. Pocos levantan la cabeza. El lenguaje no verbal y el silencio reinan en la sala. Pasado este tiempo, las primeras frases que se cruzan el especialista y paciente son de tanteo. Inocuas. ¿A qué te dedicas? ¿Cuáles son tus aficiones? ¿Tienes pareja? Para mitigar los nervios
te pide ponerse arriba